La trashumancia es una práctica ancestral que consiste en el traslado estacional de ganado en busca de pastos frescos, adaptándose a las estaciones del año.
Durante siglos, ha sido una forma de vida esencial para muchas comunidades rurales en diversas partes del mundo y hoy en día, a pesar de los cambios en la agricultura y la ganadería modernas, la trashumancia sigue siendo relevante no solo como tradición cultural, sino también como una práctica que promueve la sostenibilidad ambiental y el bienestar animal.
En la actualidad, la trashumancia sigue desempeñando un papel crucial en la conservación de los ecosistemas naturales. A medida que los pastores guían a sus rebaños por las rutas tradicionales, los animales ayudan a regenerar los pastos, controlar el crecimiento de arbustos y malezas, y fertilizar el suelo de manera natural. Este movimiento constante evita el sobrepastoreo en áreas específicas, permitiendo que los ecosistemas se regeneren entre las temporadas.
Además, la trashumancia favorece la biodiversidad. Al trasladarse entre diferentes zonas naturales, los rebaños contribuyen al ciclo de nutrientes y facilitan la dispersión de semillas, lo que promueve la salud de los pastizales y las áreas montañosas. Esto es especialmente relevante en un contexto de cambio climático, ya que la gestión sostenible de los pastos es crucial para mitigar la desertificación y preservar los recursos naturales.
Al permitir que los animales pasten libremente, se reduce la dependencia de alimentos concentrados, se minimiza el uso de energía y se disminuye la huella de carbono asociada a la cría de ganado.
El bienestar animal es un componente central en la trashumancia. Los animales se benefician de una vida al aire libre, en contacto con la naturaleza, y disfrutan de una alimentación más natural y variada, lo que se traduce en una mejor salud y un menor uso de medicamentos.
La calidad de los productos derivados de estos animales, como la leche y la carne, suele ser superior en comparación con los productos de ganadería intensiva, lo que atrae a los consumidores preocupados por la sostenibilidad y el origen ético de los alimentos.
A pesar de sus beneficios, la trashumancia se enfrenta a diversos retos en la actualidad. La urbanización, la fragmentación del territorio y el abandono de las zonas rurales han reducido el número de pastores que practican esta tradición. Además, la presión económica ha llevado a muchos a optar por modelos de ganadería más intensivos y rentables a corto plazo.
Sin embargo, en respuesta a la creciente demanda de productos sostenibles y ecológicos, la trashumancia está experimentando un resurgimiento que está siendo apoyado por programas de apoyo gubernamental, iniciativas para preservar las rutas tradicionales y la promoción de productos locales certificados.